Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adaptaré a mí misma. (Anaïs Nin)
jueves, 8 de diciembre de 2011
Sueños
Mi casa era mucho más elegante, y un poco más grande, pero tenía cosas que pertenecían a mi casa. Estábamos en el salón, hablando de banalidades, y había una pareja enrollándose en el sillón. Empiezan a tener sexo anal. De repente mi salón se llena de espectadores, y yo estaba también mirando, pero en un tercer plano. No sé de donde había salido tanta gente. Yo me enfurecí al ver tanta gente en mi casa. Fui al cajón de la mesilla y mis dildos anales los habían usado. Uno estaba desmenuzado. De repente me acerco a donde estaba todo el mundo y empecé a chillar que se largaran echando ostias de mi casa. Estaba muy enfadada, estaba agresiva, empecé a pegar a algunas de las personas que estaban ahí.
Se fueron, pero algunas personas se quedaron e intentaban hablar conmigo y me preguntaban que por qué estaba enfadada. Yo les decía que no era normal que entrara un montón de gente a mi casa, que por qué les habían invitado, si al fin de cuentas yo decido quien entra o no en mi casa. Seguía muy enfurecida y las pocas personas que quedaban me miraron como si fuera demente y se marcharon, con miedo y desconcertadas.
Ya lo último que recuerdo, es estar yo sola por la calle, en una ciudad que no era Donosti pero parecía que estaba allí. Estaba al lado de una rotonda con mucho tráfico, estaba atardeciendo y se veía el mar. Había mucho movimiento por todas partes; los coches, la gente, el mar, el aire…pero yo me quedaba ahí quieta, sin hacer nada.
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