Espero en el mes de junio salir
licenciada, y a malas, en septiembre. Y… ¿después qué? Barajo en mi alborotada
cabeza una serie de posibilidades, por las cuales no sé decidirme…y he de darme
brillo, que los meses pasan muy rápido. La verdad que tampoco hay muchas
posibilidades, pero como estoy tan indecisa me parece que son muchas.
Una de ellas sería hacer un máster.
Sé de sobra que para nada me va a garantizar un trabajo, y en el caso de que así
sea, es bastante probable que no sea de mi agrado. Para empezar tengo que
decidirme qué máster hacer. Aunque tengo más que claro sobre qué quiero
hacerlo, tengo que decidirme por uno en concreto, lo que no me apetece del todo
es volverme a Madrid. Me entra mucha gusilla de hacerlo en Barcelona, pero
aunque las tasas de desempleo en todas partes sean bestiales, tengo más
posibilidades de empleo en Barcelona que en otras ciudades. Soy carne de cañón
para cualquier trabajo en el que se requiera a una chica joven y con un buen
físico, y tengo experiencia en todo tipo de curros de mierda: azafata,
dependienta, teleoperadora…tampoco olvido cuando hacía la noche, en inventarios
de grandes almacenes. Obviamente hablo
de empleos temporales y precarios, (que seguramente también ese sería mi empleo
con carrera y máster incluido) de los que estoy más que harta, pero es lo que
hay en el capitalismo postfordista. Lo bueno de irme a Madrid es que aunque
siguiera estando en un curro de mierda, echaría menos horas y dispondría de más
tiempo para mis estudios y mi vida a-social, porque tengo la posibilidad de que
el alquiler y los gastos alimentarios los pagaran mis padres, el inconveniente
sería compartir techo con ellos.
Otra de las opciones sería quedarme
aquí en Granada, o irme a otro sitio, no sé a dónde, e intentar ganarme la vida
de otra manera que no se centre en el trabajo asalariado y en la precarización
de la existencia. Que sólo tengo 22 años y ya estoy ahogada, cansada de esta
vida de mierda. Hay un vacío negro a la hora de hacer proyecciones futuras,
incluso a medio plazo. ¿Tiene algún sentido entonces la existencia? El “no hay
futuro” no es una simple consigna del punk, son tres palabras que definen a la
perfección la postmodernidad.
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