lunes, 21 de julio de 2014

Bye, bye sex work

Empecé hace dos meses a trabajar en una empresa de limpieza. Limpio básicamente en casas rurales y de vez en cuando en casas. Hace menos de un mes empecé a su vez en otra empresa de limpieza donde limpio en dos oficinas y en un colegio, así como alguna que otra hora extra en viviendas. Ahora soy feliz tras haber tomado la decisión de acudir al training de la primera empresa donde empecé. Me apunté al paro para ponerme las pilas y buscarme un trabajo “normal”. No podía estancarme con la webcam por varios motivos.

-          Si tengo intenciones de estar aquí por más tiempo, necesito ir haciendo curriculum

-          Un trabajo que se desarrolla entre las cuatro paredes de tu habitación te cierra a conocer gente nueva y nuevos lugares.

-          Con la webcam tengo un contrato de arrendamiento de servicios, en el que se detalla que todos mis derechos de imagen son propiedad de la empresa para la que trabajo. Pero mis derechos de imagen no me pertenecen a mí, y no tengo derecho laboral de ningún tipo. Soy una trabajadora alegal, la empresa que trabajo no me brinda ni un mínimo de seguridad laboral y sin embargo ellos se lucran con todo lo que genero.

-          Eres una especie de “freelance” porque eres tu quien escoge los horarios y qué decides hacer con el cliente, pero lo que parece algo muy cómodo y de libre elección, al final resulta en un trabajo de lo más esclavo. Los horarios los elijo yo bien, pero hay más tráfico de clientes tras después de comer, la tarde, la noche y los fines de semana, es decir, tu horario laboral se centra en el espacio de ocio de la mayoría del resto de la gente. Así que mientras tus amigos se están tomando unas cervezas, tú estás trabajando, y da igual que sea festivo o que sea de noche que el precio por minuto vendido es el mismo. Es un trabajo que en poco tiempo satura mucho, así que los descansos entre sesiones tienen que ser largos. Si por ejemplo trabajo cinco horas en un dia, hago al mediodía una horita, luego a la tarde otras dos, y a la noche otras dos. Si pretendes hacer cinco horas del tirón como lo podrías hacer en un trabajo normal, aquí es imposible. Es agotador tener a decenas de clientes a lo largo de un día tratándome la mayoría como la mierda.  Y sí, yo elijo con quien cliente quiero estar o que quiero hacer, pero si en verdad hiciera siempre lo que me apeteciera en el momento, se me irían la gran mayoría y no vendería, y si no vendo, no gano, y si no gano no tengo con que pagar el alquiler y ni con qué llenar la nevera.  Mi sueldo era exclusivamente por comisión, no tenía nada fijo. Con otros trabajos cuando termina tu jornada laboral te olvidas de él, con éste siempre andaba con preocupaciones típicas de los autónomos, con la diferencia de que yo sólo me quedo con la quinta parte de lo que genero.

-          Con la webcam gano lo mismo que limpiando. Yo gano en euros pero donde vivo la moneda es la libra esterlina. La libra está por encima del euro, y al margen de eso, aunque aquí hubiera euros, al final es un salario normal el que ganas. Me he estado auto engañando a mi misma con respecto a mis ganancias, mintiendo también a mi entorno diciendo que ganaba más de lo que en realidad ganaba. Pero es normal, necesitaba escudarme en algo de cara a los demás. El trabajo sexual está mal visto, y si encima resulta que ganas lo mismo que en un trabajo de baja cualificación, la gente no le ve el sentido. De ahí también la mentira de que en el trabajo sexual se gana más que en otros trabajos. La desigualdad económica también se da en las putas. Están las putas de primera categoría (las que te defienden que su trabajo es lo más de lo más)  y luego están las putas explotadas, como era mi caso.  

-          Mis orgasmos y mi placer eran capital. No recuerdo la primera vez que me masturbé, es algo que llevo haciendo todo la vida, y con lo que siempre he disfrutado, nunca me he avergonzado y me ha permitido conocerme mejor a mí misma. Con este trabajo, algo tan íntimo, agradable y excitante como la masturbación se convirtió en algo mecánico, en un guión gonzo, en el que muchas veces me corría de verdad, pero no para mí, sino para otros, para los que me consumen como producto como para aquellos que se enriquecen conmigo.  


He estado todo este tiempo auto engañándome a mí misma, escudándome en este trabajo cuando sin duda alguna probablemente sea el trabajo en el que he tenido peores condiciones de todos los trabajos que he tenido a lo largo de mi vida. Me sirvió en un momento dado, y al final, aunque me haya costado lo mío, lo he dejado. Todavía estoy que no me lo creo, y a veces pienso en por qué no conectarme aunque solo sea de vez en cuando. Pero no, los pocos ingresos que generaría conectándome ocasionalmente no me sacan de pobre, y por fin podré decir adiós a miles de clientes que odiaba que han pasado por mi sala. 

Fuck off losers