Llevo toda la tarde trasteando con los diseños del blog, por puro aburrimiento, y ya que me he puesto he decidido cambiar. Ya lo cambié en su día, y creo que en verano o así, pero últimamente están siendo tiempos de cambio, de renovación, de cerrar formas de vivir y empezar otras nuevas. A ver si no es sólo un cambio formal sino de contenidos. No me refiero a cambiar de temáticas, sino de escribir más, simplemente, darle más vida.
Y si a alguien le interesa, antes tenía un fondo abstracto con colores rosas, fucsias, magentas...esa paleta de colores, y la imagen de cabecera era parte del paraíso del Jardín de las Delicias. No es que no me gustara, al contrario, pero estoy cerrando muchas cosas y empezando de cero, y el blog no iba a ser menos.
Un besazo, corazones.
Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adaptaré a mí misma. (Anaïs Nin)
domingo, 25 de diciembre de 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
Universos paralelos
Anoche me acosté bastante tarde. Al final el griterío murió
a eso de las dos y algo de la noche. Yo al final, estuve espabilada y no me
acosté hasta las tres y pico. Me puse el despertador a las diez de la mañana,
para aprovechar un poco la mañana. Al final me he levantado de motu propio a eso
de las doce y media del mediodía. Dí que sí, ahora ya me he quedado sin mañana…
No me ha sonado el despertador, estoy harta del móvil, a estas alturas no sé
cómo funciona o no sé que pasa.
Estoy harta de soñar que voy por todas partes y
por ninguna, que no paro de caminar y de estar en lugares, de verme con gente,
pero que no llego a ningún lado. Antes me angustiaba porque le daba otros
significados, ahora no sé si siguen siendo los mismos pero sumándoles otros
nuevos. Eso significa doble problemática…
Aunque mi problema más actual es que se acercan entregas y
exámenes, y estoy casi en bragas. Tengo muy mal sueño, duermo a veces muchas
horas y aún así me despierto cansada, estos sueños me matan, al final no
descanso, me paso horas en tensión. Hoy he soñado con un concierto, con
turismo, con celebraciones, con encuentros con amigas y amigos, con familiares,
con un tío que estaba muy bueno y estábamos todo el rato follando sin parar en
plena calle…
Así que o voy buscando echando ostias formas de entrar
relajadita a la cama para pasar buena noche y levantarme al día siguiente hecha
una rosa para aprovechar bien los días o no sé que voy a hacer con mi vida…Debería levantarme temprano todos los días y salir a correr,
a la noche cenar temprano, no salir de casa, y leer antes de meterme en la
cama. Algún que otro estiramiento antes de coger las sábanas y meterme
estiradita, recta, alejando de mi cabeza pensamientos excitantes de cualquier
índole, para dar puerta a los universos paralelos que andan revoloteando a sus anchas por mis pensamientos.
Nunca había puesto el Jardín de las Delicias como imagen en una entrada, nunca he querido hacerlo, pero creo que viene como anillo al dedo.
Precalentamiento navideño.
Las Navidades no son fechas de mi
agrado, y las de este año, ya se están presentando de una manera de lo más
lamentable. Esta tarde mientras yo estaba inmersa en la corrección de un texto
en castellano escrito por alemanes, me llamaron mis compañeras de piso para
decirme que iban a hacer la compra de la cena de Navidad. Yo ni siquiera me
había enterado de que había cena, y como en ese momento estaba menos rancia de
lo habitual, me animé y dije que vale. Ahora las oigo en el salón borrachas
como cubas, con el repertorio de música cutre en el Spotify, bailando y
berreando sin parar. No lo digo de manera despectiva, de hecho hace un rato yo
estaba ahí en el salón (pero no he bebido ni una gota) restregándome por los
muebles y paredes a ritmo de reggaetón, pero ya no son horas, y yo mañana
quería madrugar para aprovechar el día. Se me está agotando la paciencia, y no
soy muy amiga de la diplomacia.
No es tanto por el ruido, sino por tanta
imbecilidad concentrada en las paredes de mi casa. Yo he intentado ser buena,
pero cada vez que abren la boca me dan ganas de darlas una colleja, no puedo
evitarlo. Creo que cuando yo tenía 12 años era más inteligente y madura, y
ellas tienen 26. Esta noche ha habido un momento que me han dado ganas de meter
la cabeza en agua fría para comprobar si lo que estaba viendo y escuchando era
cierto. A mi tocaya se le había manchado la blusa de carmín, de repente ha
salido de la habitación chillando, pidiendo ayuda. Yo ya me suponía que era
otra gilipollez más, en su línea vaya, pero para ella esas gilipolleces son
todo un drama. Se ha puesto nerviosa, al final le han echado una mano, mientras
yo contemplaba el espectáculo fumándome un cigarro en el salón. Ha habido un
momento que se ha puesto a llorar, diciendo que no la apetecía pensar y que no tenía nada que ponerse
(llevo poco más de dos meses viviendo con ella y llevo heredado de su armario:
unas mayas, unos vaqueros, una camiseta, dos chalecos y dos pañuelos, todo sin
estrenar o puesto en una ocasión). En ese momento estaba flipando en colores,
esto estaba yendo demasiado lejos.
Podría hacer un estudio
antropológico muy detallado de lo que ocurre dentro de estas paredes, pero
sería invertir demasiado tiempo, y no es que me sobre. Me cuesta comprender que
una persona a diario se tenga que planchar el pelo, maquillarse de arriba abajo,
lavar toda prenda que use una vez… es mi compañera de piso y las veces que la he
visto con la cara lavada las puedo contar con los dedos de una mano. Siempre
sale tarde de casa para ir a clase (normal, se tira dos horas de reloj para
arreglarse a diario), y muchas veces para llegar puntual opta por coger un
taxi, sí, un taxi para ir a clase. Todo esto sufragado por la cuenta que le
rellena su madre, para que lo invierta en potingues, en trapitos desechables,
en taxis para ir a la universidad…etc. Y el otro día contándome que su madre a
lo mejor se va la a puta calle…la tendría que haber dicho “Bonita, déjate de
taxis que ya no vas a tener ni para bonobús, y no te compliques la vida para
arreglarte tanto a diario, que cuando estudies y trabajes a la vez, no vas a
tener tiempo ni para ducharte”.
Esto no va a mala leche, de hecho
hasta la tengo cariño, pero tanta tontería ya desborda mi paciencia…
martes, 13 de diciembre de 2011
No hay futuro.
Espero en el mes de junio salir
licenciada, y a malas, en septiembre. Y… ¿después qué? Barajo en mi alborotada
cabeza una serie de posibilidades, por las cuales no sé decidirme…y he de darme
brillo, que los meses pasan muy rápido. La verdad que tampoco hay muchas
posibilidades, pero como estoy tan indecisa me parece que son muchas.
Una de ellas sería hacer un máster.
Sé de sobra que para nada me va a garantizar un trabajo, y en el caso de que así
sea, es bastante probable que no sea de mi agrado. Para empezar tengo que
decidirme qué máster hacer. Aunque tengo más que claro sobre qué quiero
hacerlo, tengo que decidirme por uno en concreto, lo que no me apetece del todo
es volverme a Madrid. Me entra mucha gusilla de hacerlo en Barcelona, pero
aunque las tasas de desempleo en todas partes sean bestiales, tengo más
posibilidades de empleo en Barcelona que en otras ciudades. Soy carne de cañón
para cualquier trabajo en el que se requiera a una chica joven y con un buen
físico, y tengo experiencia en todo tipo de curros de mierda: azafata,
dependienta, teleoperadora…tampoco olvido cuando hacía la noche, en inventarios
de grandes almacenes. Obviamente hablo
de empleos temporales y precarios, (que seguramente también ese sería mi empleo
con carrera y máster incluido) de los que estoy más que harta, pero es lo que
hay en el capitalismo postfordista. Lo bueno de irme a Madrid es que aunque
siguiera estando en un curro de mierda, echaría menos horas y dispondría de más
tiempo para mis estudios y mi vida a-social, porque tengo la posibilidad de que
el alquiler y los gastos alimentarios los pagaran mis padres, el inconveniente
sería compartir techo con ellos.
Otra de las opciones sería quedarme
aquí en Granada, o irme a otro sitio, no sé a dónde, e intentar ganarme la vida
de otra manera que no se centre en el trabajo asalariado y en la precarización
de la existencia. Que sólo tengo 22 años y ya estoy ahogada, cansada de esta
vida de mierda. Hay un vacío negro a la hora de hacer proyecciones futuras,
incluso a medio plazo. ¿Tiene algún sentido entonces la existencia? El “no hay
futuro” no es una simple consigna del punk, son tres palabras que definen a la
perfección la postmodernidad.
sábado, 10 de diciembre de 2011
Romper el tiempo
Salir de mi casa a mediodía, pasar a comprar pan y magdalenas, y dirigirme hacia Plaza Nueva, a encontrarme con las chicas. Ana estaba con la perrita y con un amigo, las demás no habían llegado todavía. Ha hecho un día espléndido. Nos hemos tomado un café tranquilamente al sol en la plaza, al rato han venido las demás y hemos subido hasta la baja montaña para hacer danza, al sol y entre los olivos, con la sierra enfrente de nosotras vigilándonos.
Nos hemos ido antes de que empezara a atardecer, teníamos cosas que hacer. Ana me ha llevado por el Barranco del Abogado, lugar que todavía no conocía. Tras pasar el Realejo y seguir caminando, ha habido un momento mientras cruzaba una calle que el reloj se me ha caído al suelo, se ha soltado una pieza. En pocos segundos sentí que una parte de mi cuerpo se había ido hacia abajo, al suelo. Mi reloj de pulsera forma parte de mí, sólo me lo quito cuando voy a estar en contacto con el agua y que aún así no se estropearía, pero cada cual tiene sus manías. También me lo quito para jugar al vóley.
Ana me ha dicho que es una señal. El tiempo se ha caído sobre mis pies, se ha parado, ha tocado tierra. El tiempo pasa muy rápido pero no es lineal, es una cordillera, y no lo puedes controlar. Lo ideal sería no tener ninguna percepción del paso del tiempo, algo así como lo que sientes cuando te vas de viaje. Son tiempos de inflexión, de abrir nuevas puertas sin cerrar las pasadas, teniendo el pasado siempre presente, saber con certeza quién eres y estar totalmente abierta al futuro, y aunque éste sea totalmente incierto, dejarse llevar por el sentir.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Sueños
Mi casa era mucho más elegante, y un poco más grande, pero tenía cosas que pertenecían a mi casa. Estábamos en el salón, hablando de banalidades, y había una pareja enrollándose en el sillón. Empiezan a tener sexo anal. De repente mi salón se llena de espectadores, y yo estaba también mirando, pero en un tercer plano. No sé de donde había salido tanta gente. Yo me enfurecí al ver tanta gente en mi casa. Fui al cajón de la mesilla y mis dildos anales los habían usado. Uno estaba desmenuzado. De repente me acerco a donde estaba todo el mundo y empecé a chillar que se largaran echando ostias de mi casa. Estaba muy enfadada, estaba agresiva, empecé a pegar a algunas de las personas que estaban ahí.
Se fueron, pero algunas personas se quedaron e intentaban hablar conmigo y me preguntaban que por qué estaba enfadada. Yo les decía que no era normal que entrara un montón de gente a mi casa, que por qué les habían invitado, si al fin de cuentas yo decido quien entra o no en mi casa. Seguía muy enfurecida y las pocas personas que quedaban me miraron como si fuera demente y se marcharon, con miedo y desconcertadas.
Ya lo último que recuerdo, es estar yo sola por la calle, en una ciudad que no era Donosti pero parecía que estaba allí. Estaba al lado de una rotonda con mucho tráfico, estaba atardeciendo y se veía el mar. Había mucho movimiento por todas partes; los coches, la gente, el mar, el aire…pero yo me quedaba ahí quieta, sin hacer nada.
lunes, 5 de diciembre de 2011
sábado, 3 de diciembre de 2011
El sapo del cuento.
Llevo cosa de casi un par de meses que escucho muy a menudo esta canción. Incluso varias veces al día.
Y ayer dijo adiós, a lo mejor sólo por un tiempo, quien sabe. Esto no viene a cuento porque El Drogas diga adiós, sino por la canción. O quizás aprovechar un poco de cada.
Mírame a la cara y deja de contar tantas batallas que estoy aburrida de tus hechos mas que de tus palabras átate mas fuerte alrededor de tu cuello el nudo de la corbata y no me sigas comiendo que ya no me creo nada Eres el sapo del cuento, el que saquea por dentro los sueños ajenos el primero de la fila, el pelota impertinente que nos vende y no es amor, ya ves, lo que siento por ti ni tampoco me apetece ser felpudo pa tus pies Como gotas de sangre a jirones tu pena que pa cuando te di la luna ya estaba marchita y el sueño de fuego es ahora ceniza Sabes que haces daño cuando das el puño y no la mano vas dejando cicatrices donde pones el zapato y respirar sin ti no puede ser malo y poner el mundo a andar para otro lado no puede ser malo Como gotas de sangre a jirones tu pena que pa cuando te di la luna ya estaba marchita y el sueño de fuego es ahora ceniza
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