Me aburre salir de fiesta por las noches, y no es sólo que
sea aburrido, sino que por lo general el ocio nocturno es un espectáculo de
decadencia, por no hablar ya de festivales y macrofiestas. Conversaciones de
besugos, pupilas dilatas, carcajadas y gritos de lo más desagradable. Parece
que la gente se tiene que colocar al máximo como si no hubiera mañana. Es
patético refugiarse en el hedonismo banal para huir de las miserias,
reproduciendo los mecanismos asfixiantes de este capitalismo de consumo donde
lo superfluo del disfrute estúpido, efímero y egoísta parece que dirigen la
vida de tantas personas jóvenes y no tan jóvenes.
Y encima es algo que le cuesta reconocer a la gente o
directamente lo niegan. Yo también me he cogido mis pedos y he terminado
follando con cualquiera y de mala manera en lavabos putrefactos. Pero… ¿para
qué? ¿Al día siguiente te sientes más feliz? ¿O por el contrario se han
multiplicado las ganas de suicidarte?
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