Blanche.- Cuando la gente es débil..., la gente débil tiene que brillar y lucir..., tiene que revestirse de colores suaves, los colores de las alas de las mariposas..., y amortiguar el resplandor de una bombilla con una pantalla de papel. No basta con ser dulce. Hay que ser dulce y "atractiva". Y yo...¡Me estoy marchitando!
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Stanley.- ¡Una delicada criatura!
Stella.- Lo es. Lo ha sido. Tú no has conocido a Blanche de muchacha. Nadie, absolutamente nadie, la superaba en ternura y confianza. Pero gentes como tú la ofendieron y la obligaron a cambiar.
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Blanche.- ¿Nunca se te ha incrustado nada en la cabeza? No, claro que no. Tú eres un sencillo angelote, en cuyo cerebro no ha anidado nunca nada terrible.
Un tranvía llamado deseo. Tennessee Williams.
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