miércoles, 23 de enero de 2013

Que viva el transfeminismo y la teoría queer, coño.


Una de las cosas que más aborrezco de las nuevas tecnologías es la cantidad de tiempo que se pierde (muchas veces de la manera más absurda posible) navegando por Internet. El maldito Facebook te da vínculos y más vínculos sobre artículos, se crean polémicas y debates que no duran ni una semana. Entre ellos, muchas veces se hace alusión a la igualdad de género y al machismo imperante en nuestra sociedad. Es muy, pero muy positivo que la idea de igualdad esté cada vez más presente, pero muchas veces se queda en papel mojado o en este caso, en pantallas mojadas. Pero si hay algo que me repatea de todas las cosas que leo, es que sigue estando presente un binarismo del género que en lugar de avanzar hacia un cambio social emancipatorio para todas las personas al final lo que produce es un estancamiento en el orden social existente.

Hombres mujeres y viceversa no es un programa de Tele 5, el cual tiene mucha chicha a la hora de hacer análisis del discurso con perspectiva de género sobre la industria cultural que nos acecha, es lo que veo en las redes sociales. El sexo como categoría discursiva que apela al ser de las personas parece un muro de hormigón imposible de derribar. No se trata de vestir de rosa, no se trata de que te guste el fútbol, parece que todo el mundo da por hecho que hay un sexo biológico natural.

También es muy positivo que la gente vaya entiendo el feminismo como movimiento social, como reivindicación política hacia un mundo más justo, pero ahora está muy de moda utilizar el concepto de igualdad para romper las barreras del género. Yo no sé de donde sale que el feminismo es algo muy chungo y muy malo que pretende eliminar a todos los hombres de la faz de la tierra, aunque como todo movimiento politizado, siempre va a ser juzgado como algo muy malo, malísimo.

El biologicismo está más que presente en el imaginario colectivo, un dogma a la altura de las creencias religiosas. Si bien la Ilustración y los procesos de industrialización fueron tirando por tierra la existencia de Dios (¿pero qué Dios? Padre, hijo, espíritu santo ¿?…) la ciencia fue ascendiendo a dogma, a realidad incuestionable. El imperio de la razón creo que no va a morir con la postmodernidad mientras siga existiendo el capitalismo. Por mucho que se hable de igualdad (más de igualdad que de feminismos) la gente sigue creyendo que están los hombres y las mujeres, que hay diferencias biológicas inalienables y que todo ello explica que vivamos en un heteropatriarcado de mierda. Si alguien me defiende que los hombres por “naturaleza” tienes más deseo sexual y que las mujeres son pasivas y tienen más criterios de elección a la hora de follar por tener útero, me estás defendiendo algo tan sumamente asqueroso como la violencia sexual o la homofobia. Si me vienes a decir que porque me venga la regla (en mi caso puede ser un ciclo de 30 días que de 43) mi estado emocional se va regulando en función de mi ciclo… ¿por qué en plena premenstruación puedo llegar a masturbarme hasta 5 veces en un día y cuando estoy en ovulación a lo mejor ni me follaría  al mejor de mis amantes?

Y podría seguir, pero de repente se han presentado dos impresentables en mi casa y ya no sé por dónde iba.





No hay comentarios: