viernes, 7 de mayo de 2010

Dulce droga.



La lágrima que se desliza sobre mi mejilla va destruyendo poco a poco mis entrañas, del mismo modo que el humo del jachís me va follando dulcemente por la garganta.

Quizás yo esté compuesta de jachís. Soy oscura, estoy contaminada. Soy una droga. Soy letal pero doy placer. Soy un placebo. Transmito efectos antagónicos.

Doy placer. Doy un placer tan fuerte que ha veces hace daño. Hago compañía. Hago que no te acuerdes de tus males, revolviéndolos, hago que te acuerdes de tus más hermosos recuerdos, también revolviéndolos.

Puedo sumergirte en otra realidad.

Y te vas, y tendrás dificultades para poder recordarme.

Soy un dulce. Soy la dosis que necesita un niño cuando está triste y solo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuanta razon...........

espero no quedarme nunca sin mi parte del caramelo jejejejeje


Ivan-ilich ;)