Eras demasiado joven como para marcharte. Y eras demasiado joven para haber vivido tanto. Fue hace un año cuando estuve en tu casa con tu madre, ayudando a montar muebles y dándote apoyo en la depresión que estabas atravesando. He de admitir que yo también estaba atravesando uno de los momentos más decisivos de mi vida sin saber todavía cómo iban a ir las cosas, pero sin el apoyo y el amor incondicional de tu madre no hubiera sido capaz de enfrentarme de romper el silencio en mi familia. Ese día yo estaba asustada y deprimida, y fue ir a verte y tú estabas mucho más asustada y deprimida que yo. Me contagiabas una pena profunda, al verte embarazadísima, jovencísima, fumando un cigarro tras otro y llorando sin parar. Ataviada en una bata y con un moño despeinado, apenas eras incapaz de verbalizar aquello que te consumía, te invadían todo tipo de miedos irracionales, pensabas que ibas a ser incapaz de criar bien a tú bebé, pensabas que había algo mal en tí y le ibas a hacer algo malo a tu bebé. No debe ser fácil ser madre tan joven. No debe ser fácil enfrentarte a la crianza habiendo vivido en tus propias carnes violencia siendo pequeña. Tu padre era un malnacido que maltrataba y violaba a tu madre. Tu padre metió a tu madre en la prostitución, tu padre quiso matar a tu madre. Pero tu madre a pesar de todo fue muy valiente e hizo todo lo que pudo para poder seguir viva y cuidar de tí y de tu hermana.
Tu madre es una de las personas más maravillosas que he conocido en mi vida. Es un destello de luz en un mundo tan inhumano. Tenías miedo de dar a luz a una criatura en un medio hostil, plagado de depredadores. De lo poco que pude decirte esa tarde, fue que los maltratadores y los pederastas no se comen la cabeza pensando que si en un futuro podrían hacerle mal a alguien. Y tú te consumías pensando en que inevitablemente le iba a pasar algo a tu bebé. Tú al igual que tu madre, eras una persona muy sensible y de buen corazón. Tú eras una víctima, no un depredador. Pero sí, en eso te doy la razón, cuando vivimos con violencia interiorizamos que algo va mal con nosotras, que somos malas y culpables.
La noticia de tu muerte me ha apenado profundamente. Es injusto, y me da muchísima lástima por tu madre. Pero la fortaleza que reside en el corazón de tu madre es descomunal. Me daba muchísima rabia que justamente ahora, cuando tu madre está por fin viviendo una vida y no sobreviviendo, tu te vas. Tu madre tuvo que soportar los abusos sexuales de tu tío, las palizas de tu abuela y la muerte de tu abuelo siendo una niña. Después conoció a tu padre y continúo viviendo en un contínuo infierno.
La primera vez que estuve con tu madre en la playa de Three Cliffs, me contó que era un lugar que te maravillaba. Esa playa era mi rincón favorito de Gales, era un lugar en el que podías respirar y tocar la magia con los dedos.
Quizás ahora la estés viendo desde del cielo.
Rest in peace Naomi