domingo, 19 de noviembre de 2017

Rest in peace

Eras demasiado joven como para marcharte. Y eras demasiado joven para haber vivido tanto. Fue hace un año cuando estuve en tu casa con tu madre, ayudando a montar muebles y dándote apoyo en la depresión que estabas atravesando. He de admitir que yo también estaba atravesando uno de los momentos más decisivos de mi vida sin saber todavía cómo iban a ir las cosas, pero sin el apoyo y el amor incondicional de tu madre no hubiera sido capaz de enfrentarme de romper el silencio en mi familia. Ese día yo estaba asustada y deprimida, y fue ir a verte y tú estabas mucho más asustada y deprimida que yo. Me contagiabas una pena profunda, al verte embarazadísima, jovencísima, fumando un cigarro tras otro y llorando sin parar. Ataviada en una bata y con un moño despeinado, apenas eras incapaz de verbalizar aquello que te consumía, te invadían todo tipo de miedos irracionales, pensabas que ibas a ser incapaz de criar bien a tú bebé, pensabas que había algo mal en tí y le ibas a hacer algo malo a tu bebé. No debe ser fácil ser madre tan joven. No debe ser fácil enfrentarte a la crianza habiendo vivido en tus propias carnes violencia siendo pequeña. Tu padre era un malnacido que maltrataba y violaba a tu madre. Tu padre metió a tu madre en la prostitución, tu padre quiso matar a tu madre. Pero tu madre a pesar de todo fue muy valiente e hizo todo lo que pudo para poder seguir viva y cuidar de tí y de tu hermana.

Tu madre es una de las personas más maravillosas que he conocido en mi vida. Es un destello de luz en un mundo tan inhumano. Tenías miedo de dar a luz a una criatura en un medio hostil, plagado de depredadores. De lo poco que pude decirte esa tarde, fue que los maltratadores y los pederastas no se comen la cabeza pensando que si en un futuro podrían hacerle mal a alguien. Y tú te consumías pensando en que inevitablemente le iba a pasar algo a tu bebé. Tú al igual que tu madre, eras una persona muy sensible y de buen corazón. Tú eras una víctima, no un depredador. Pero sí, en eso te doy la razón, cuando vivimos con violencia interiorizamos que algo va mal con nosotras, que somos malas y culpables.

La noticia de tu muerte me ha apenado profundamente. Es injusto, y me da muchísima lástima por tu madre. Pero la fortaleza que reside en el corazón de tu madre es descomunal. Me daba muchísima rabia que justamente ahora, cuando tu madre está por fin viviendo una vida y no sobreviviendo, tu te vas. Tu madre tuvo que soportar los abusos sexuales de tu tío, las palizas de tu abuela y la muerte de tu abuelo siendo una niña. Después conoció a tu padre y continúo viviendo en un contínuo infierno.
La primera vez que estuve con tu madre en la playa de Three Cliffs, me contó que era un lugar que te maravillaba. Esa playa era mi rincón favorito de Gales, era un lugar en el que podías respirar y tocar la magia con los dedos.

Quizás ahora la estés viendo desde del cielo.

Rest in peace Naomi



viernes, 1 de septiembre de 2017

Fantasmas


A veces me siento extraña envuelta en la luz que hay en España, en esos cielos azules y brillantes. Hecho de menos la lluvia y los días grises de Gales, y cuando de vez en cuando llueve aquí, me acuerdo de los días tristes y melancólicos que pasaba aguardada en casa bebiendo té negro y mirando la lluvia por la ventana. A ratos pienso que tanto sol da una sensación de perfección y felicidad de plástico, irreal. Parece que ha pasado una eternidad desde que dejé esas tierra verdes y llanas. Me cuesta acostumbrarme al bullicio de Madrid, a sus distancias, sus torres de edificios. Una claustrofobia urbana que te atrapa, que no te deja respirar. Llevo dos semanas sola en casa, disfrutando de placeres tan nimios como leer sin ser interrumpida por las constantes interrupciones de mi madre buscándome y llamándome por la casa.

Cuando volví a España con una sobredosis de alegría y liberación al haber revelado el abuso a mi familia y no tener ningún tipo de contacto con mi hermano, pensé que la vuelta iba a ser fácil, que enseguida tendría un empleo medianamente decente y suficienta independencia económica. Pero no, España sigue sumida en una miseria en la que resulta en muchísimas ocasiones imposible acceder a cosas tan básicas como un salario que te permita cubrir un alquiler, alimentos, transporte...
A partir de hoy estoy de nuevo desempleada, y es probable que conseguiré pronto un empleo, pero seguramente de duración temporal y un salario miserable. Además de eso, he decidido endeudarme con la universidad pública, sin perder todavía la esperanza de poder especializarme en lo que he deseado siempre, y labrar mi futuro profesional en la lucha contra la violencia sexual y en la defensa de los derechos humanos de las mujeres y la infancia.

Nunca me he encontrado también conmigo misma hasta ahora, cada vez duermo mejor, no tengo tantos flashbacks, ni pensamientos obsesivos negativos, apenas me autolesiono, mi autoestima va creciendo día tras día y la realidad cada vez es más pura, no hay tantas nebulosas de miedo flotando por el aire. Mi capacidad de concentración ha aumentado, y hasta los colores son más nítidos. Por primera vez en la vida, no tengo nada con ningún hombre ni busco a ninguno, y me siento muy liberada.

A pesar de todo este balance que es por supuesto positivo, no deja de haber días en los que me  invaden la desazón, la apatía y la tristeza; sintiéndome sola en una sociedad donde la familia y la monogamia son los pilares relacionales, afectivos y de seguridad básicos. Por un lado es algo que ya tengo bastante asumido, que mi relación con mi familia está y seguramente estará podrida, y que tengo muchas dificultades para establecer una relación de pareja.

En estas dos últimas semanas sólo me he relacionado en el trabajo y un par de veces con un amigo. Mañana ya llegan mis padres, y me sorprende en cierto modo que quiera verlos, estos últimos días han sido más tristes. Supongo que por el pasar tanto tiempo sola, ya que llega un punto en el que empiezas a deprimirte, y también porque hace un par de días tuve sesión con mi psicóloga y ya vamos a ir empezando a adentrarnos en las oscuridades del trauma. En los últimos meses no me he dedicado demasiado a la introspección, de hecho la he dejado apartada a propósito por primera vez en la vida, y por supuesto que tengo miedo en volver al trauma para poder salir más fortalecida. Ya he empezado con la técnica EMDR y supongo que dentro de pocas sesiones me dará un diagnóstico.
Hoy es uno de septiembre, en cierto modo empieza el año. El verano ya está terminando, y como tantos veranos de mi vida, ha sido un verano sin vacaciones, de asfalto y de muy poca vida social. Las tardes cada vez son más cortas, las temperaturas han bajado en los últimos días y me siento insegura para el nuevo comienzo.

Anoche me desperté de madrugada con un dolor de cabeza horrible, con escalofríos y malestar de estómago. Tras beber agua y ponerme una toalla mojada en la frente volví a la cama pero seguía retorciéndome, hasta que volvía a levantarme para vomitar bilis varias veces.

Porque, aunque esté mejor que nunca, los fantasmas nunca duermen.





sábado, 15 de abril de 2017

Sandcastles

Cada vez lloro menos por tí, cada vez me masturbo menos pensando en tí. O eso quiero pensar. O depende del día, quizás.

No lo sé. Lo que sé es que sigo teniendo demasiados sentimientos enfrentados entre sí. Si un día estoy pletórica, me gustaría estar contigo para poder compartirlo. Cuando es la tristeza tocando fondo, me acuerdo de cuando iba a verte y me dabas un abrazo. Ha habido días en los que se me pasaban imágenes por la cabeza en las que te pegaba puñetazos dejándote heridas y moratones e incluso a veces con un destornillador te atravesaba la yugular. Sí, se qué suena demencial, pero ya sabes que la salud mental no es uno de mis fuertes.
Ahora, el dolor y la rabia ha dado paso a un letargo pasional. Nunca he tenido la libido tan por los suelos como hasta ahora. Ningún hombre me llama la atención, y la mayoría de recuerdos que tengo de tí no me despiertan deseo, casi siempre lo que me invade es una sensación de traición y vacío.

Me repito demasiadas veces ¿cómo he podido ser tan ingenua, tan estúpida? De veras que me lo creía, siempre tenía una esperanza de que querías estar conmigo. Cuando me mirabas con ojos brillantes y me acariciabas con delicadeza, diciéndome que me querías. Y yo me lo creía.

Es por las noches cuando todo esto resulta más complicado. Hay noches que para poder dormirme necesito imaginarme que estás conmigo en la cama durmiendo, así me tranquilizo y puedo conciliar el sueño. Con la yema de mis dedos voy dibujando tu rostro en mi almohada y la abrazo fuerte para que parezca más real. Otras noches, las que menos, me masturbo.

¿Sabes? Sé que mi corazón se rompió hace muchos, muchísimos años, y a veces me daba la sensación de que restabas importancia, o quizás ni la otorgabas, a lo que yo pudiera sentir por ti. Me abrí a ti y lo que conseguí es que me exprimieras por dentro, me sacaste todo el jugo sabiendo que eso se iba a quedar así. Poco a poco mi corazón se iba haciendo cada vez más pequeño, más negro, más muerto.

Pienso en todo lo perdido estos años de atrás, en lo humillante que era estar en la sombra constantemente, cuando estabas con ella como si nada. No creas que todo van a ser reproches, yo también asumo mi responsabilidad en esta locura. Lo que me reconforta es saber que el último paso lo dí yo. No sé del todo bien que es lo que te pasaba (o quizás te sigue pasando), pero yo no podía permitirme más seguir destruyéndome de esa manera.

Recuerdo una noche en una terraza por los pubs del centro, en la que estábamos los dos pegados el uno al otro que me dijiste “Contigo me pasa una cosa muy rara, por un lado me entran ganas de cuidarte, pero por otro me entran ganas de maltratarte”

Y así era, hasta que dije basta y me marché.

viernes, 14 de abril de 2017

A wave rising in the ocean


Grief is a most peculiar thing; we´re so helpless in the face of it. It´s like a window that will simply open of its own accord. The room growns cold, and we can do nothing but shiver. But it opens a little less each time, and a little less; and one day we womder what has become of it. 

***

What if I came to the end of my life and realize that I´d spent every day watching for a man who would never come tome? What an unbereable sorrow it would be, to realize I´d never really tasted the things I´d eaten, or seen the places I´d been, because I´d thougth of nothing but the Chairman even while my life was drifting away from me. And yet if I drew my thoughts back from him, what life would I have? I would be like a dancer who had practiced since childhood for a performance she would never give. 

***

Since the day I´d left Yoroido, I´d done nothing but worry that every turn of life´s wheel would bring yet another obstacle into my path; and of course, it was the worriying adn the struggle tha had always made life so vividly real to me. When we fight upstream against a rocky indercurrent, every foothold takes on a kind of urgency. 

***

But now I know that our world is no more permanent than a wave rising on the ocean. Whatever our struggles and triumphs, however we may suffer them, all too soon they bleed into a wash, just like watery ink on paper. 

Memoirs of a Geisha. Arthur Golden


sábado, 28 de enero de 2017

Nuevo ciclo

Muchas cosas han pasado desde que no paso por aquí...

Ya no vivo en la ciudad gris, vivo en Madrid. Ya no vivo en la casa victoriana, vivo en un bloque de trece pisos en Madrid. Ya no vivo con gente que viene y va de diferentes nacionalidades, vivo con mis padres. Ya no albergo un secreto corrosivo, ni quedo a escondidas para acostarme con mi amante.Ya no quedo con el señor malagueño para contarle mis traumas (aunque le hecho de menos), ahora mi terapeuta es otra y trabaja en un centro especializado en Madrid.

Cuando me marché no lo hice por una decisión meditada, en absoluto, fue algo espontáneo fruto de cierta borrachera emocional tras hablar con mis padres. Mi alma se abrió y salieron volando cientos de mariposas de diferentes colores. Además de eso, necesitaba como agua de mayo salir de la ciudad gris, salir de esa relación que me traía más problemas que alegrías y volver a un sitio con sol.

Me mudé antes de Navidad, y la Navidad trajo más conflicto que reconciliación.

Ahora busco trabajo en un mercado laboral que sigue igual de putrefacto que cuando me marché, intento vivir relajada dentro de lo posible en el hogar patriarcal, y no hago ni pizca de caso de la cantidad de sandeces que puedan llegar a decir o pensar mis familiares, aunque me duelan.

Me voy de casa cuando mi hermano viene de visita, y aunque mi familia no quiera entender la verdad por pura debilidad y cobardía, eso no cambia mi determinación.

Mientras tanto toca de nuevo adaptarse a las distancias y el bullicio de Madrid, que me resulta frustrante y agotador en ocasiones, sentir que no puedo escapar de la gran ciudad ni respirar y echar de menos la playa y el verdor de la ciudad gris, y su tranquilidad que me resultaba aburrida.