No hay viento, no hay lluvia, la temperatura es cálida y la luz del sol ilumina el mar y las fachadas de las casas. Un día precioso para pasear por la naturaleza, o simplemente disfrutar del día soleado tomando algo en una terraza. Un día perfecto para dejar de lado las preocupaciones y aprovechar la buena energía que nos ha regalado esta entrada al verano.
Pero no, mi cuerpo se siente pesado y dolorido, y he tenido que ponerme un pañuelo para estar en mi casa porque sentía escalofríos. Una mala noticia inesperada tiñe de gris un día pleno de luz como el de hoy. Mi padre está ingresado en el hospital, nada excisivamente grave. Cuando suceden este tipo de problemas, lo que me afecta no es tanto la situación de la persona en sí (aunque suene profundamente egoísta y desconsiderado), lo que me preocupa es la histeria colectiva que se genera en mi familia, especialmente por parte de mi madre y mi hermano mediano. Hablando hoy con ellos todo parecía calmado y en orden, pero la llamada la he ido posponiendo a lo largo de la mañana; pensando en mi dificultad de empatía cuando acontecen cosas malas en mi familia, pensando en que anoche mi hermano mayor no sólo me contó que mi padre había ingresado, sino que mi hermano mediano va a ir en verano a verme, que está enfadado conmigo, que desde que me fuí de casa apenas le hablo...
No sé si el es consciente de los motivos por los cuales apenas tengo contacto con él. No lo sé. Lo que sé es que aunque sea yo una persona adulta, aunque viva a miles de kilómetros de mi casa, no puedo deshacerme de él. Y me siento débil, me siento pequeña, me siento vulnerable, me siento sola...combatiendo frente a frente a un duelo que parece interminable. Me siento lejos de mis personas de apoyo porque lo están, barreras geográficas que intentan difuminarse a base de emoticonos y videoconferencias. Un abrazo o una mirada cómplice no pueden adjuntarse como archivo.
La calidez del sofá me atrapa, observar la calma del mar me hipnotiza, lás lágrimas se deslizan por las mejillas... quizás un paseo por la playa me siente bien, pero no tengo ni fuerzas para eso.
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