lunes, 2 de junio de 2014

La hipersexualización de las niñas y demás delirios de la época postmoderna.

Hace unos días ha estado circulando por las redes sociales peticiones para que Carrefour retire unos bikinis con foam de la talla 9 hasta la 14. ¡Es un escándalo que las niñas lleven relleno! Es la alarma general que ha suscitado en las redes.No entiendo muy bien por qué precisamente ese bikini de Carrefour es un escándalo, teniendo en cuenta todos los dispositivos que operan para hacer de las niñas objetos sexuales y princesitas sumisas.

Aún así las cosas son más complejas como para quedarnos en un simple ¡Es un escándalo que las niñas lleven relleno! Para empezar hay mucha diferencia entre una niña de 9 años y una de 14, en el caso de la de 14 tiene ya más bien poco de niña. Una niña de nueve años directamente no tiene tetas. ¿Por qué habría que taparlas sea con foam/relleno o sin él? ¿Por qué esa niña una vez desarrollada o bien debe taparlas o bien debe ensañarlas?Las mujeres deben esconder su cuerpo obsceno, pero por otro lado deben exhibirlo, operarlo, realzarlo, depilarlo…

Cuando era niña yo iba con las “tetas” al aire a la piscina y a la playa. Con 10 años yo no tenía pecho, pero el pezón ya no era una piel lisa sino abultada. Aún así yo iba en “topless” avergonzada porque las niñas de mi edad iban con bañador entero o con parte de arriba. A mi madre la parecía terrible que las niñas de mi edad fueran con bikini. Ahora si se enterara de que hago topless y nudismo creo que la daría un pasmo.Mi madre me estuvo vistiendo de niña aunque mi cuerpo ya no lo fuera. Recuerdo una boda de un primo de mi madre donde yo tenía once años. Iba con un vestido de nido de abeja azul con florecillas amarillas, sin mangas y con dos lazos grandes amarillos a los hombros. Con once años yo tenía una 85B de pecho, unas tetas más que visibles porque el nido de abeja se ajusta al cuerpo. El vestido sin mangas dejaba al aire mis pelos del sobaco. Obviamente yo me sentía un muñeco de feria. Mi cuerpo era más de mujer que de niña aunque mi madre siguiera imponiéndome una ridícula estética infantil. Me daban vergüenza mis pelos del sobaco, pero mi madre no me dejaba quitármelos. Ahora me tiene que venir a recordar de vez en cuando que por qué no me los quito.

Niñas que juegan a ser mujeres, niñas que se las impone ser mujeres, niñas que tienen más de mujer que de niña, mujeres que juegan a ser niñas…


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