Este mismo sábado ya comienza el mes de octubre. Queda algo más de un mes, apenas unas pocas semanas. El ambiente ya esta caldeado, algo huelen, algo perciben, saben que debe pasar algo. No están exigentes, aunque de vez en cuando sale la pregunta...
¿Cuándo vuelves?
No voy a volver, por lo menos en un futuro cercano, no voy a volver.
Mis llamadas se van limitando, voy evitando el momento en que me toca coger el teléfono y hacer la llamada semanal a mis padres. A veces incluso cada diez días, a veces a las dos semanas...
Durante todo el verano he ido postponiendo y postponiendo a base de escusas baratas simplemente el hablar por telefóno o contestar unos what´s app.
Conversaciones demasiado banales respecto al tiempo, a lo que he comido, que intento que no duren más de diez minutos. Con mi padre es fácil, un poco de política española y ya está. Mi madre es la difícil, siempre me hace más preguntas y quiere estar conmigo más tiempo al telefóno.
Ya no me pregunta por mi hermano. No sé muy bien cómo están las cosas en casa pero ya no me pregunta que por qué no le llamo. Aunque ayer hablé con él. Fue el cumpleaños de mi abuela, se reunieron para comer, y mi padre me pasó el teléfono con él. Yo estaba completamente embotada, la conversación duró muy pocos minutos y sólo le contestaba con palabras vagas y monosílabos. El me dijo que qué le pasa a mi teléfono, que intenta contactar conmigo pero no hay feedback. No es el teléfono gilipollas, no quiero saber nada de tí. No sé si te vas dando cuenta de lo que pasa, no lo sé, pero el control de mi vida lo tengo yo, ya no lo vas a tener tu nunca más.
Mi hermano mayor me escribió hace poco diciéndome que lo que me hizo mi hermano mediano está mal, mal no, peor; pero que poco a poco debería hablar con el. No le contesté. ¿Acaso no le quedó claro cuando hablé con el que quiero a mi hermano mediano completamente fuera de mi vida? ¿Acaso pretende que yo actúe como si no pasara nada y siguiera interpretando el papel de que mi familia es normal y he tenido una infancia feliz? No estoy enfadada con el, y debe ser muy duro para él todo esto, pero le dejé muy claras las condiciones.
Hablé con M diciéndola que la revelación quiero que sea en noviembre. Cada vez va quedando menos tiempo, y por un lado me encuentro agitada, pero por otro quiero que llegue ya, quiero quitarme toda la mierda que he ido arrastrando toda la vida, toda una mierda que no me corresponde cargarla.
Este fin de semana ha sido particular. Se me ha ido acumulando más tensión debido al mensaje de mi hermano mayor y el hablar por teléfono con mi hermano mediano el cual no le había vuelto a hablar desde que estuve en España por una semana el mes de junio. Sumado a que me bajó la regla con mucho retraso y el retraso trajo consigo calambres en el útero y dolores en las articulaciones. Y fumar marihuana, cosa que no debería haber hecho y no debo hacer para tener la mayor claridad mental posible de aqui en adelante para hablar con mis padres.
Queda poco, queda muy poco. Va a ser doloroso y tengo mucho miedo especialmente a la reacción de mi madre la cual es posible que sea agresiva. A veces tengo pesadillas con ella. A veces sueño que es compresiva y tierna. Con mi padre tengo fe, aunque como dice mi terapeuta no puedo albergar sueños o esperanzas. He de prepararme para lo peor. Pero voy a estar en todo momento acompañada de M, y después, pase lo que pase me iré a Canarias a empezar de nuevo.
Tengo toda una vida por delante y no pienso volver.