Hacía mucho tiempo que no tenía una crisis nerviosa tan grave. Hacia tiempo que no tenía varias noches en vela de seguido, temblores, sudores, taquicardias, pensamientos oscuros... Quizás hacia un año o algo así, para mí los ultimos meses han sido bastante tranquilos, he mantenido una serenidad muy reconfortante.
Se me juntaron varias cosas en pocos días: visita a España, ver el suicidio de una vecina, tener el vuelo de vuelta el mismo día de los atentados, cambio de trabajo y no salir bien y quedarme desempleada, volver a estar sola en la casa, estar sin móvil, bajada del nivel de progesterona dando lugar al sangrado menstrual...
Mis dias en España se han caracterizado por mantener el control en todo momento, por estar en un continuo estado disiociativo, repetirme a mí misma como un mantra que ya no estoy en peligro, que estoy segura. Todo un malabarismo emocional que estalló nada más volver al Reino Unido.
Una Semana Santa rebosante de pasión, muerte y resurrección.
Foto tomada en un parque cerca de mi casa. Hace casi ya un año se quitó la vida un adolescente en el mismo sitio donde se le ha hecho este hermoso altar. Cuando limpiaba en el colegio había fotos suyas repartidas diciendo que estaba desaparecido. Siempre que miraba la foto me entraba una profunda tristeza. Mi supervisora del colegio y a su vez gran amiga, se puso en contacto con las autoridades porque encontró al adolescente desaparecido. Pero le encontró sin vida, ahorcado en un árbol, en el parque.