Llevaba algo de tiempo sin
actualizar el blog, básicamente, porque he andado algo desparramada en las
últimas semanas… El que no tenga una rutina disciplinaria impuesta por otros,
está convirtiendo mi cotidianidad en un absoluto caos. Mis horarios no tienen
ni pies ni cabeza en comparación con los del resto, por las horas en las que
levanto, me acuesto y las comidas; y eso, al final termina alterando el resto
de actividades cotidianas, desde ir a la compra, fregar la casa o tomar una
cerveza con los amigos. Es Navidad y mis compañeras de piso no están, se han
ido a pasar las navidades a su ciudad de origen; no tengo tampoco clases de
inglés… Así que no sé si es domingo o si es martes, quizás se hacen las seis de
la tarde y aún no he comido… La convivencia en la casa y las clases de inglés
me organizaban la rutina, ahora que no tengo ni lo uno ni lo otro, me
desparramo… Me desparramo y me expando pero no abarco ni mucho ni poco. Aunque sí
que hay algún día en el que te apetece salir de fiesta, para dejar de lado las
preocupaciones que te rondan por la cabeza. Pero no basta con beber hasta
perder el control, con meterse cocaína, con fumar marihuana. No basta con
follarte al tipo con el que hablaste dos minutos en el bar, no basta con
ofrecer sexo por 200 libras a ese colega que lleva tiempo detrás de ti. No
basta con meterte la mano hasta la garganta para provocarte el vómito. No
basta. Te levantas al día siguiente y sigues dándole vueltas a la cabeza, y
cuánto más piensas sobre ello, menos te aclaras.
No sabes si mudarte a otra ciudad
de habla inglesa que te resulte más atractiva y amena, si mudarte en la misma
ciudad donde vives, si volverte a España, donde todavía no tengo claro a qué
ciudad me iría a vivir… Si buscarte un trabajo normal o continúas con el que
tienes. Tengo un dilema moral respecto a esto último. Es la primera vez que me
siento a gusto con el trabajo que realizo, pero no deja de ser trabajo sexual,
y eso al final implica llevar una doble vida. Me gustaría poder decir alto y
claro a qué me dedico, pero en una sociedad donde impera la doble moral sexual,
es muy complicado. Mis amigos cercanos
lo saben, mi familia y conocidos…no.
Si no hubiera crisis, yo,
licenciada y de clase media, seguramente no me metería en el trabajo sexual
aunque me sintiera atraída. Porque quizás tendría un trabajo que me diera los
suficientes ingresos como para poder realizar incluso planes de futuro a medio
plazo, y la suficiente satisfacción
personal. Pero no, ahora mismo estamos en una situación en la que aunque tenga
un trabajo “normal” pero precario, temporal y no cualificado, necesito del
apoyo familiar simplemente para poder subsistir. Yo no quiero dependencia
familiar, y ante esta situación de vulnerabilidad y dependencia, en principio
sólo veo la salida en el trabajo sexual.
¿El trabajo sexual te hará libre?
Es algo que llevo pensando en las últimas semanas. No soy ingenua ni imbécil, y
soy lo suficiente consciente de los problemas que acarrea el trabajo sexual. De
momento sólo soy web camer, pero me llueven ofertas con clientes del video-chat,
con los que tengo que ir zanjando citas para mi visita a España. Yo, feminista
pro sexo, he tenido mis dudas. Cuando empecé de web camer me lo tomé como algo
temporal mientras me salía otra cosa. Al final, apenas busqué, porque me gusta
mi trabajo y quiero continuar. Cuando le comentas a la gente a lo que te dedicas…sueltan
“bueno, pero vete buscando otra cosa ¿no?”.
Ser puta por necesidad puede estar más o menos aceptado, ser puta por
vocación… La cosa se complica. Hace unos días leí una entrevista de Beatriz
Espejo en la Vanguardia de hace ya unos años en el que decía:
“-A su parecer, las prostitutas
están estigmatizadas.
- Depende de qué tipo. No lo están las monocontractuales mujeres con una relación estable -, pero sí las que tienen relaciones promiscuas. Y no es por el hecho remunerador, sino por la promiscuidad en sí. Lo que duele es que la mujer sea sexualmente explícita.
Leer más: http://www.lavanguardia.com/vida/20091120/53826975503/beatriz-espejo-las-mujeres-deberian-ser-mas-promiscuas.html#ixzz2p41GQrZh “
- Depende de qué tipo. No lo están las monocontractuales mujeres con una relación estable -, pero sí las que tienen relaciones promiscuas. Y no es por el hecho remunerador, sino por la promiscuidad en sí. Lo que duele es que la mujer sea sexualmente explícita.
Leer más: http://www.lavanguardia.com/vida/20091120/53826975503/beatriz-espejo-las-mujeres-deberian-ser-mas-promiscuas.html#ixzz2p41GQrZh “
Aunque en mi caso, la vocación y
la necesidad van de la mano. No quiero dependencia económica familiar, aunque
es cierto que puedo dedicarme a otra cosa que no voy a morirme de hambre. Es
aquí donde pienso… ¿por qué la dependencia familiar es tolerable? ¿por qué las
chicas de mi edad ven con malos ojos que yo hable de braguetazo como una opción
mientras ellas son totalmente dependientes del colchón familiar? Además del
trabajo sexual, de vez en cuando me monto películas en la cabeza en las que
oye, pues no estaría tan mal ser la amante de un tío con pasta, si ello también
me va a dar independencia familiar. Ahora mismo, soy plenamente consciente de
que voy a ganar más con mí físico y mis habilidades sexuales que por tener un título universitario que en
el mercado laboral actual no me garantiza nada. Y no sólo el título, ya que por
poco trabajo que haya tengo bastante experiencia de cara al público, pero
teniendo en cuenta el nivel de de temporalidad y precariedad, de explotación
laboral en definitiva, creo que me rinde más seguir de web camer y hacer
servicios sexuales reales de vez en cuando.